Este es corto, solo pongo las fotos. Gracias por venir, espero que lo hayan pasado bien, yo seguro que lo hice.
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jueves, julio 30, 2009
Viaje a Argentina, Parte 2
Nos encontrábamos en la aduana, sin poder continuar a Argentina. La opción era quedarse dando vueltas por el sector, conocer Chañaral, Pan de Azucar y esas cosas, o aperrar y subir hasta San Pedro de Atacama para cruzar por Jama, suponiendo que estuviese abierto. Adivinen que elegimos... Igual antes le preguntamos al carabinero de ahí si estaba abierto el otro paso...
Continuamos entonces el camino, bajando por el norte hacia Chañaral. El camino estaba mucho mejor, más amplio y despejado de nieve. La vista era espectacular, con 3 volcanes cercanos y montones de cerros nevados rodeándonos, además de pasar por un salar enorme, aunque no se distinguía muy bien entre tanta nieve. Por ahí paramos a tomarnos una sopa y una foto, y Carola hizo angelitos de nieve.
Como a las 6 ó 7 llegamos a Chañaral, donde pasamos a ducharnos y a comer. Por 2 lucas teníamos un “almuerzo” que incluía cazuela de vacuno de entrada, y un plato de fondo bien contundente. Eso es comida barata!
A la salida hicimos cambio de conductor, y continuamos. Creo que dormí bastante bien, y me desperté cuando echamos bencina y luego cuando llegamos a las salitreras. Carola se fue “sola” todo ese rato, creo, tiene una constitución para manejar increíble, más aún considerando que la semana pasada había estado en lo mismo.
Las Salitreras de noche son tétricas, especialmente cuando uno se encuentra con una muñeca sentada en un sofá mirándonos fijamente. Las chicas no se sintieron cómodas tomando café ahí, así que seguimos a la salitrera siguiente, en donde si tomamos fotos (las que, obviamente, no están en mi cámara así que no puedo poner acá todavía).
La siguiente parada fue Calama, en donde hace más frío que la retutatutata de noche. Me congelé esperando usar el baño, y creo que uno sentía más frío porque no tenía la apariencia de hacerlo. De más que en el paso San Francisco o después en Jama hizo más frío, pero al ver nieve uno asume eso y no se siente tanto.
Pasamos al casino de Calama, el cual se veía sumamente chabacano y con pinta de cabaret por fuera, pero no entramos porque nos cobraban. Dado el traspié, nos fuimos directo a San Pedro de Atacama. Tratamos de dormir en el camino, en las paradas de camioneros, pero el sueño no acompañaba mucho y decidimos llegar al pueblo no más. Ah, ahí nos quedamos varados porque había mucha arena, pero con un pequeño empujoncito el auto salió solo. Estaba un poco cansado, nada más…
En San Pedro recorrimos a pie el pueblo, acompañados por distintos perros. Se veía bien bonito, es choro que hayan mantenido el estilo. Luego dimos una vuelta alrededor en auto y Carola mostró donde se supone que estaba el Valle de la Luna. De noche no se veía nada… Creo que hay que armar un paseo para allá exclusivamente, no sé si en auto, pero hay que ir en algún minuto. De repente armarme unas vacaciones completas al norte más adelante, por una semana, llegando a Iquique y Arica también. Claro que ya no sé ni cuando, me faltan días de vacaciones para todo lo que quiero hacer.
Después fuimos directamente a la Aduana, donde solo estaban dejando pasar camiones (los autos tenían que esperar hasta las 9), así que nos estacionamos en la cola y nos pusimos a dormir un par de horas. Cuando desperté a eso de las 8, noté que Carola estaba hecha un ovillo en el asiento del conductor, dudo que haya podido descansar (aunque haya dormido). El asiento del conductor es una mierda para dormir...
Resulta que (vaya, flashback a Papelucho) el paso Jama no estaba abierto como había dicho el tipo del otro paso el día anterior, pero el rumor era que lo iban a abrir a eso de las 10. Esperamos escuchando a un para de tipos tenían la música a todo chancho, con las puertas abiertas, y que bailaban al son de música tropical argentina. Eran claramente chilenos…
A eso de las 10:30 no dejaron avanzar, y luego de una travesía por un paso en buen estado pero con sectores con algo de hielo, llegamos a Argentina.
Me salto el trámite de la aduana, pero comento que mientras hacía fila escuché a un par de tipos conversando sobre lo bonita que era la Ruta 9 entre Jujuy y Salta, que era más corta pero más complicada que el camino oficial entre ambas ciudades (que era doble vía y sin cuesta), y en mi nuevo yo social metí la cuchara y pedí más datos, porque el viaje consistía en buscar cosas choras y bonitas, además que había una buena posibilidad que fuera la cuesta perdida de Carola, causal indirecta del destino del viaje.
La primera localidad pasada la Aduana Argentina (llamada Susques) era tal cual las salitreras, pero habitada por Argentinos que parecían bolivianos. Les llega a llover en ese “pueblo” y las casas se deshacen, probablemente. Después vino Purmamarca, más armadita y bonita, al parecer turística, pues estaba el cerro de los 7 colores, donde nos tomamos una foto (de nuevo, no con mi cámara) los 3. Hace muchos años Carola, la niña de los cerros, salió en un viaje en busca del cerro de los 7 colores por toda Argentina, para descubrir que estaba justo donde había comenzado el viaje. En todo caso aprendió mucho en el camino, y cambió la vida de las personas con las que se topó con sus ejemplos de… turismo.
Luego llegamos a Jujuy, donde recorrimos un poco y encontramos, aún no sé como, una casa de cambio abierta. También un cajero automático (lo que costó más, les digo, es ridículo) necesario para comprar algunos libros y un excelente mapa de Argentina que quedará para los siguientes viajes. El dueño de la librería, tremendamente simpático, nos confirmó lo de la Ruta 9 y que muy probablemente era la que Carola recordaba, y además nos regaló un mapa rutero extra de Argentina que ahora adorna la puerta de la pieza chica del depto. Nota mental: comprar hilo o lana para marcar los recorridos. Después pasamos al supermercado y compramos lo necesario para armarnos un “pequeño” picnic en el camino, que vino bastante bien para matar el hambre acumulada.
Antes de salir, volvimos a pedir ayuda para ir a la Ruta 9, y unos camioneros ultra buena onda trataron de disuadirnos de usar ese camino, que el otro era mucho mejor y más rápido, pero al final comprendieron que andábamos turisteando y en busca de esa cuesta, así que nos dieron las indicaciones. También nos pararon los pacos antes de llegar a la cuesta, creo que la única vez que nos pararon, y volvieron a insistir en que no era el mejor camino para hacer de noche, pero nos desearon suerte y nos dijeron que anduviéramos con cuidado, pues de noche salían animales silvestres.
Mientras avanzábamos nos comimos parte del cocaví, y finalmente llegamos al camino que buscábamos, y que resultó ser el mismo que Carola recordaba, claro que sin las mariposas volando por todos lados, y probablemente de día debe haberse visto mucho más choro. Sin embargo se alcanzaba a apreciar la belleza del lugar, una cuesta que por un lado tenía un desfiladero lleno de árboles, y uno no alcanzaba a ver de donde salían. Habían líanas colgando y todo, bien boscoso y selvático. A falta de mariposas nos acompañaron algunas polillas. Animales salvajes no encontramos ninguno, eso sí.
Después de la cuesta paramos a comer palmitos, y luego seguimos hasta Salta, donde fuimos a carretear a un pub-disco. Escuché música que probablemente no vuelva a escuchar en ningún otro lado, porque parecía de círculos super específicos. Algunas letras eran ridículas… Pero lo pasamos bien. El happy hour era hasta las 2:30, y como a las 2:15 empezó a llegar harta gente. Creo que nos quedamos como hasta las 4, 4:30. Ahí probé vino blanco con speed (la bebida energética) que me convidó una argentina, y no estaba mal.
Al salir decidimos continuar el viaje hacia Santiago del Estero, que no quedaba muy cerca, así que habría que manejar y no descansar, a pesar que nos estaba empezando a dar sueño. Igual íbamos bien equipados para eso. Pero antes, pasamos a lavar el auto. Sí, había lavado de autos abierto las 24 horas. Mientras esperábamos nos tomamos una sopa reponedora, y justo afuera del lavado se paró una cabra totalmente wasted al parecer esperando un taxi. Se subió y bajó como a 3, y se veía muy rara. Ni idea como llegó a ese estado, pero me llamó la atención porque parecía de 15 o menos y andaba sola. Supongo que salta será tranquilo…
Ok, el resto queda para el siguiente informativo.
Continuamos entonces el camino, bajando por el norte hacia Chañaral. El camino estaba mucho mejor, más amplio y despejado de nieve. La vista era espectacular, con 3 volcanes cercanos y montones de cerros nevados rodeándonos, además de pasar por un salar enorme, aunque no se distinguía muy bien entre tanta nieve. Por ahí paramos a tomarnos una sopa y una foto, y Carola hizo angelitos de nieve.
Como a las 6 ó 7 llegamos a Chañaral, donde pasamos a ducharnos y a comer. Por 2 lucas teníamos un “almuerzo” que incluía cazuela de vacuno de entrada, y un plato de fondo bien contundente. Eso es comida barata!
A la salida hicimos cambio de conductor, y continuamos. Creo que dormí bastante bien, y me desperté cuando echamos bencina y luego cuando llegamos a las salitreras. Carola se fue “sola” todo ese rato, creo, tiene una constitución para manejar increíble, más aún considerando que la semana pasada había estado en lo mismo.
Las Salitreras de noche son tétricas, especialmente cuando uno se encuentra con una muñeca sentada en un sofá mirándonos fijamente. Las chicas no se sintieron cómodas tomando café ahí, así que seguimos a la salitrera siguiente, en donde si tomamos fotos (las que, obviamente, no están en mi cámara así que no puedo poner acá todavía).
La siguiente parada fue Calama, en donde hace más frío que la retutatutata de noche. Me congelé esperando usar el baño, y creo que uno sentía más frío porque no tenía la apariencia de hacerlo. De más que en el paso San Francisco o después en Jama hizo más frío, pero al ver nieve uno asume eso y no se siente tanto.
Pasamos al casino de Calama, el cual se veía sumamente chabacano y con pinta de cabaret por fuera, pero no entramos porque nos cobraban. Dado el traspié, nos fuimos directo a San Pedro de Atacama. Tratamos de dormir en el camino, en las paradas de camioneros, pero el sueño no acompañaba mucho y decidimos llegar al pueblo no más. Ah, ahí nos quedamos varados porque había mucha arena, pero con un pequeño empujoncito el auto salió solo. Estaba un poco cansado, nada más…
En San Pedro recorrimos a pie el pueblo, acompañados por distintos perros. Se veía bien bonito, es choro que hayan mantenido el estilo. Luego dimos una vuelta alrededor en auto y Carola mostró donde se supone que estaba el Valle de la Luna. De noche no se veía nada… Creo que hay que armar un paseo para allá exclusivamente, no sé si en auto, pero hay que ir en algún minuto. De repente armarme unas vacaciones completas al norte más adelante, por una semana, llegando a Iquique y Arica también. Claro que ya no sé ni cuando, me faltan días de vacaciones para todo lo que quiero hacer.
Después fuimos directamente a la Aduana, donde solo estaban dejando pasar camiones (los autos tenían que esperar hasta las 9), así que nos estacionamos en la cola y nos pusimos a dormir un par de horas. Cuando desperté a eso de las 8, noté que Carola estaba hecha un ovillo en el asiento del conductor, dudo que haya podido descansar (aunque haya dormido). El asiento del conductor es una mierda para dormir...
Resulta que (vaya, flashback a Papelucho) el paso Jama no estaba abierto como había dicho el tipo del otro paso el día anterior, pero el rumor era que lo iban a abrir a eso de las 10. Esperamos escuchando a un para de tipos tenían la música a todo chancho, con las puertas abiertas, y que bailaban al son de música tropical argentina. Eran claramente chilenos…
A eso de las 10:30 no dejaron avanzar, y luego de una travesía por un paso en buen estado pero con sectores con algo de hielo, llegamos a Argentina.
Me salto el trámite de la aduana, pero comento que mientras hacía fila escuché a un par de tipos conversando sobre lo bonita que era la Ruta 9 entre Jujuy y Salta, que era más corta pero más complicada que el camino oficial entre ambas ciudades (que era doble vía y sin cuesta), y en mi nuevo yo social metí la cuchara y pedí más datos, porque el viaje consistía en buscar cosas choras y bonitas, además que había una buena posibilidad que fuera la cuesta perdida de Carola, causal indirecta del destino del viaje.
La primera localidad pasada la Aduana Argentina (llamada Susques) era tal cual las salitreras, pero habitada por Argentinos que parecían bolivianos. Les llega a llover en ese “pueblo” y las casas se deshacen, probablemente. Después vino Purmamarca, más armadita y bonita, al parecer turística, pues estaba el cerro de los 7 colores, donde nos tomamos una foto (de nuevo, no con mi cámara) los 3. Hace muchos años Carola, la niña de los cerros, salió en un viaje en busca del cerro de los 7 colores por toda Argentina, para descubrir que estaba justo donde había comenzado el viaje. En todo caso aprendió mucho en el camino, y cambió la vida de las personas con las que se topó con sus ejemplos de… turismo.
Luego llegamos a Jujuy, donde recorrimos un poco y encontramos, aún no sé como, una casa de cambio abierta. También un cajero automático (lo que costó más, les digo, es ridículo) necesario para comprar algunos libros y un excelente mapa de Argentina que quedará para los siguientes viajes. El dueño de la librería, tremendamente simpático, nos confirmó lo de la Ruta 9 y que muy probablemente era la que Carola recordaba, y además nos regaló un mapa rutero extra de Argentina que ahora adorna la puerta de la pieza chica del depto. Nota mental: comprar hilo o lana para marcar los recorridos. Después pasamos al supermercado y compramos lo necesario para armarnos un “pequeño” picnic en el camino, que vino bastante bien para matar el hambre acumulada.
Antes de salir, volvimos a pedir ayuda para ir a la Ruta 9, y unos camioneros ultra buena onda trataron de disuadirnos de usar ese camino, que el otro era mucho mejor y más rápido, pero al final comprendieron que andábamos turisteando y en busca de esa cuesta, así que nos dieron las indicaciones. También nos pararon los pacos antes de llegar a la cuesta, creo que la única vez que nos pararon, y volvieron a insistir en que no era el mejor camino para hacer de noche, pero nos desearon suerte y nos dijeron que anduviéramos con cuidado, pues de noche salían animales silvestres.
Mientras avanzábamos nos comimos parte del cocaví, y finalmente llegamos al camino que buscábamos, y que resultó ser el mismo que Carola recordaba, claro que sin las mariposas volando por todos lados, y probablemente de día debe haberse visto mucho más choro. Sin embargo se alcanzaba a apreciar la belleza del lugar, una cuesta que por un lado tenía un desfiladero lleno de árboles, y uno no alcanzaba a ver de donde salían. Habían líanas colgando y todo, bien boscoso y selvático. A falta de mariposas nos acompañaron algunas polillas. Animales salvajes no encontramos ninguno, eso sí.
Después de la cuesta paramos a comer palmitos, y luego seguimos hasta Salta, donde fuimos a carretear a un pub-disco. Escuché música que probablemente no vuelva a escuchar en ningún otro lado, porque parecía de círculos super específicos. Algunas letras eran ridículas… Pero lo pasamos bien. El happy hour era hasta las 2:30, y como a las 2:15 empezó a llegar harta gente. Creo que nos quedamos como hasta las 4, 4:30. Ahí probé vino blanco con speed (la bebida energética) que me convidó una argentina, y no estaba mal.
Al salir decidimos continuar el viaje hacia Santiago del Estero, que no quedaba muy cerca, así que habría que manejar y no descansar, a pesar que nos estaba empezando a dar sueño. Igual íbamos bien equipados para eso. Pero antes, pasamos a lavar el auto. Sí, había lavado de autos abierto las 24 horas. Mientras esperábamos nos tomamos una sopa reponedora, y justo afuera del lavado se paró una cabra totalmente wasted al parecer esperando un taxi. Se subió y bajó como a 3, y se veía muy rara. Ni idea como llegó a ese estado, pero me llamó la atención porque parecía de 15 o menos y andaba sola. Supongo que salta será tranquilo…
Ok, el resto queda para el siguiente informativo.
martes, julio 28, 2009
Nueva versión de El Prisionero
Se ve muy distinta, pero buena:
jueves, julio 23, 2009
Viaje al norte de Argentina, Parte 1
En el que un viaje que casi se frustra se rearma por completo, se le agregan piezas, se improvisa, y se lucha contra la naturaleza para alcanzar el objetivo principal, no sin que los contratiempos acaben una vez comenzado el trayecto.
Miércoles 15, casi las 8 de la noche, preparando el bolso para partir. Ya no recuerdo por qué, pero se me ocurrió prender el computador mientras terminaba de meter la ropa y calentar el agua del termo, y me topo con la sorpresa de un mail de Sol diciendo que por razones de fuerza mayor no podrá ir. Mal, este viaje estaba pensado para más de 2 personas, por temas de costos. Le aviso a Carola, le pregunto si conoce gente que se pueda sumar, y le digo que me espere un rato, para ver si yo consigo a alguien.
Entro a MSN buscando gente, llamo a amigos que podrían estar dispuestos y disponibles, y finalmente aparece Constanza en MSN, y luego de conversar un rato, se anima a ir, así de la nada, recién avisada y partiendo “a penas esté lista” para Argentina. Excelente, porque ya me estaba empezando a tostar de no poder realizar el viaje que hace rato venía buscando.
La idea original era subir por Chile en la noche y cruzar en el paso San Francisco a la altura de Copiapo en la mañana, y de ahí seguir para arriba por Argentina hasta un parque natural en Jujuy, si alcanzábamos, y luego volver bajando hasta Mendoza. Sale más caro subir por Chile, pero de noche en invierno cierran el paso los Libertadores, y la idea era aprovechar al máximo el tiempo.
Para variar, y claramente no aprovechando al máximo el tiempo, me enredé a la salida de Santiago, me metí hacia Chicureo (que estaba indicado Ruta 5 Norte también, no tenía como saber que había otra sin peaje más allá) y además se me pasó la salida, así que nos tuvimos que dar la vuelta en la autopista, cosa que no está contemplado (imbéciles que no piensan en la gente distraída), y por suerte un par de amables funcionarios nos permitieron la maniobra, para furia de la gente de otro auto que parece que habían tenido un problema similar y tuvieron que pagar el peaje para darse la vuelta. Se bajaron de su auto y nos miraron con ira, poniendo sus puños en las caderas en clásica actitud de negra altiva, pero ni pescamos. Probablemente se quedaron alegando por ahí, igual dio lata por el pobre que nos dejó pasar y que probablemente se comió el enojo del otro auto.
Ya en carretera, seguimos camino sin mayores contratiempos, dándome cuenta que estaba en minoría en ciertas cosas, partiendo por el hecho que no iba con una persona que le tenía miedo a los túneles, sino que con 2. En otro ataque de distracción, pasé derechito por un tunel camino a Los Vilos cuando podría haber tomado la cuesta para que Carola y Constanza no se complicaran, y de paso ahorrar algunas lucas de peaje. Será para la otra… De ahí en adelante las chicas durmieron mientras yo manejaba.
Tipo 5 ó 6 llegamos a La Serena y pasamos al Casino. Yo perdé 3 lucas, y Carola ganó como 10, gracias a la práctica y “clases” que había recibido la semana anterior, cuando también pasó por el casino de ida y vuelta de su viaje al norte.
Saliendo cambiamos de puesto, Carola al volante y yo atrás para dormir, tratando de emular la posición que ella había tenido antes y parecía haberle dado tan buen resultado. No sé si requería alguna técnica especial, medir menos de 1,60 o mucha costumbre para dormir en autos, pero no logré descansar mucho. En el futuro dormí en el asiento delantero y con algo para apoyar la cabeza, mientras que Carola terminó sacándole el jugo al trasero usándolo en toda su extensión cual cama. Constanza se turnó entre el del copiloto y el de atrás, sin tener al parecer nunca problemas para dormir.
Como a las 11, creo, estábamos en Copiapó y llegando al camino que nos llevaba al paso fronterizo (donde, de paso y con ayuda de Carola, aprendí a sacarle el jugo a Google Maps, pidiendo que diera indicaciones de cómo llegar). Al lado del camino había algo que no teníamos claro si era nieve o sal, pues se veía muy fina. Paramos para ir a ver, y efectivamente era nieve, pero totalmente distinta a la que había visto otras veces en los complejos. Esta nieve parecía de televisión, “falsa”, perfecta. Era suave y delgada, caía dócilmente y se dejaba llevar por el viento como espuma, no pegándose así misma como hielo picado. La nieve ahí demostraba que aunque no lo notábamos, estábamos bastante alto. Ese paso es el de mayor altura entre Chile y Argentina, a 4700 metros de altura, app.
Cambiamos de puesto nuevamente (siendo mi auto y habiendo manejado por el camino antes, Carola prefería que lo hiciera yo por si llegaba a pasarle cualquier cosa, pues en sus palabras no era un camino fácil y tenía harta piedra suelta) y comenzamos el camino, y poco a poco fuimos notando más nieve. Mi papá me había comentado que había habido un “temporal” a principios de semana y que podría estar cerrado el paso, pero yo había visto que para los días que ibamos a estar habría buen tiempo. Como en los libertadores con un buen día de sol despejan el camino, no iba demasiado preocupado, pero a medida que avanzamos por la ruta que lleva a la aduana, empezamos a cuestionarnos seriamente si el paso estaría abierto. Había harta nieve y barro, nos topamos con un auto que se estaba dando la vuelta (y que a penas pasó al lado nuestro) que hizo que nos quedáramos pegados pues se le ocurrió devolverse al lado de un lodazal, y luego con un camión que demarcaba camino y estaba poniendo cadenas. Preguntamos como estaba, y nos dijeron que no muy bueno, pero que si pasábamos del Caballo Muerto (o Potro, o Perro, no recuerdo bien) a unos 6 kilómetros estaríamos OK. El camino se complicó, derrapé un par de veces pero aprendí a controlarlo y a manejar en nieve, bien enseñado por Carola la copiloto. No nos quedamos pegados en ningún momento, aunque amenazas hubo. Hartos kilómetros más allá de lo esperado vimos el cartel del Caballo Muerto, diciéndonos que en teoría ya había pasado lo peor. Perfecto, ya prácticamente estábamos en Argentina. Un tiempo más de curvas y cuestas barrosas y nevadas (precioso paisaje, por cierto, que Carola comentó que estaba todo seco y gris hace no más de 5 días) nos llevó a una explanada donde al fondo podía verse la Aduana. Entre ella y nosotros, un enorme montón de nieve blanda con un par de huellas de camionetas altas que la habían recorrido sin problemas con su doble tracción, cosa que nosotros no teníamos. Pero ya estábamos arriba, al lado, en nuestra meta comentando de las hazaña de subir la cuesta, y de lo penca que fue que no hayamos podido grabar alguna de las derrapadas del camino, así que seguimos no más, cuidando pasar por donde mismo estaban las huellas, Carola grabando la llegada…y la enorme derrapada que pegamos en el camino y los gritos de alarma cuando casi se fue el auto, además del regocijo cuando pasamos el banco de nieve (ahora más bajito gracias a que lo aplanamos) con el Capitán Kirk (que demás está decir que se comportó todo el viaje a la altura de las circunstancias).
Así que ahí estábamos, en la aduana, nadie más así que un trámite rápido para seguir al otro lado, de paso ir a ver la Laguna Verde que queda casi al lado de la frontera (la aduana chilena está a unos 100 Kms de la frontera) y cruzar por el parque nacional nevado tres cruces. Todo eso si tan solo el carabinero solitario no nos hubiese dicho, sin ningún tipo de emoción en su rostro, que el paso a Argentina estaba cerrado y que no podíamos segur más allá.
Miércoles 15, casi las 8 de la noche, preparando el bolso para partir. Ya no recuerdo por qué, pero se me ocurrió prender el computador mientras terminaba de meter la ropa y calentar el agua del termo, y me topo con la sorpresa de un mail de Sol diciendo que por razones de fuerza mayor no podrá ir. Mal, este viaje estaba pensado para más de 2 personas, por temas de costos. Le aviso a Carola, le pregunto si conoce gente que se pueda sumar, y le digo que me espere un rato, para ver si yo consigo a alguien.
Entro a MSN buscando gente, llamo a amigos que podrían estar dispuestos y disponibles, y finalmente aparece Constanza en MSN, y luego de conversar un rato, se anima a ir, así de la nada, recién avisada y partiendo “a penas esté lista” para Argentina. Excelente, porque ya me estaba empezando a tostar de no poder realizar el viaje que hace rato venía buscando.
La idea original era subir por Chile en la noche y cruzar en el paso San Francisco a la altura de Copiapo en la mañana, y de ahí seguir para arriba por Argentina hasta un parque natural en Jujuy, si alcanzábamos, y luego volver bajando hasta Mendoza. Sale más caro subir por Chile, pero de noche en invierno cierran el paso los Libertadores, y la idea era aprovechar al máximo el tiempo.
Para variar, y claramente no aprovechando al máximo el tiempo, me enredé a la salida de Santiago, me metí hacia Chicureo (que estaba indicado Ruta 5 Norte también, no tenía como saber que había otra sin peaje más allá) y además se me pasó la salida, así que nos tuvimos que dar la vuelta en la autopista, cosa que no está contemplado (imbéciles que no piensan en la gente distraída), y por suerte un par de amables funcionarios nos permitieron la maniobra, para furia de la gente de otro auto que parece que habían tenido un problema similar y tuvieron que pagar el peaje para darse la vuelta. Se bajaron de su auto y nos miraron con ira, poniendo sus puños en las caderas en clásica actitud de negra altiva, pero ni pescamos. Probablemente se quedaron alegando por ahí, igual dio lata por el pobre que nos dejó pasar y que probablemente se comió el enojo del otro auto.
Ya en carretera, seguimos camino sin mayores contratiempos, dándome cuenta que estaba en minoría en ciertas cosas, partiendo por el hecho que no iba con una persona que le tenía miedo a los túneles, sino que con 2. En otro ataque de distracción, pasé derechito por un tunel camino a Los Vilos cuando podría haber tomado la cuesta para que Carola y Constanza no se complicaran, y de paso ahorrar algunas lucas de peaje. Será para la otra… De ahí en adelante las chicas durmieron mientras yo manejaba.
Tipo 5 ó 6 llegamos a La Serena y pasamos al Casino. Yo perdé 3 lucas, y Carola ganó como 10, gracias a la práctica y “clases” que había recibido la semana anterior, cuando también pasó por el casino de ida y vuelta de su viaje al norte.
Saliendo cambiamos de puesto, Carola al volante y yo atrás para dormir, tratando de emular la posición que ella había tenido antes y parecía haberle dado tan buen resultado. No sé si requería alguna técnica especial, medir menos de 1,60 o mucha costumbre para dormir en autos, pero no logré descansar mucho. En el futuro dormí en el asiento delantero y con algo para apoyar la cabeza, mientras que Carola terminó sacándole el jugo al trasero usándolo en toda su extensión cual cama. Constanza se turnó entre el del copiloto y el de atrás, sin tener al parecer nunca problemas para dormir.
Como a las 11, creo, estábamos en Copiapó y llegando al camino que nos llevaba al paso fronterizo (donde, de paso y con ayuda de Carola, aprendí a sacarle el jugo a Google Maps, pidiendo que diera indicaciones de cómo llegar). Al lado del camino había algo que no teníamos claro si era nieve o sal, pues se veía muy fina. Paramos para ir a ver, y efectivamente era nieve, pero totalmente distinta a la que había visto otras veces en los complejos. Esta nieve parecía de televisión, “falsa”, perfecta. Era suave y delgada, caía dócilmente y se dejaba llevar por el viento como espuma, no pegándose así misma como hielo picado. La nieve ahí demostraba que aunque no lo notábamos, estábamos bastante alto. Ese paso es el de mayor altura entre Chile y Argentina, a 4700 metros de altura, app.
Cambiamos de puesto nuevamente (siendo mi auto y habiendo manejado por el camino antes, Carola prefería que lo hiciera yo por si llegaba a pasarle cualquier cosa, pues en sus palabras no era un camino fácil y tenía harta piedra suelta) y comenzamos el camino, y poco a poco fuimos notando más nieve. Mi papá me había comentado que había habido un “temporal” a principios de semana y que podría estar cerrado el paso, pero yo había visto que para los días que ibamos a estar habría buen tiempo. Como en los libertadores con un buen día de sol despejan el camino, no iba demasiado preocupado, pero a medida que avanzamos por la ruta que lleva a la aduana, empezamos a cuestionarnos seriamente si el paso estaría abierto. Había harta nieve y barro, nos topamos con un auto que se estaba dando la vuelta (y que a penas pasó al lado nuestro) que hizo que nos quedáramos pegados pues se le ocurrió devolverse al lado de un lodazal, y luego con un camión que demarcaba camino y estaba poniendo cadenas. Preguntamos como estaba, y nos dijeron que no muy bueno, pero que si pasábamos del Caballo Muerto (o Potro, o Perro, no recuerdo bien) a unos 6 kilómetros estaríamos OK. El camino se complicó, derrapé un par de veces pero aprendí a controlarlo y a manejar en nieve, bien enseñado por Carola la copiloto. No nos quedamos pegados en ningún momento, aunque amenazas hubo. Hartos kilómetros más allá de lo esperado vimos el cartel del Caballo Muerto, diciéndonos que en teoría ya había pasado lo peor. Perfecto, ya prácticamente estábamos en Argentina. Un tiempo más de curvas y cuestas barrosas y nevadas (precioso paisaje, por cierto, que Carola comentó que estaba todo seco y gris hace no más de 5 días) nos llevó a una explanada donde al fondo podía verse la Aduana. Entre ella y nosotros, un enorme montón de nieve blanda con un par de huellas de camionetas altas que la habían recorrido sin problemas con su doble tracción, cosa que nosotros no teníamos. Pero ya estábamos arriba, al lado, en nuestra meta comentando de las hazaña de subir la cuesta, y de lo penca que fue que no hayamos podido grabar alguna de las derrapadas del camino, así que seguimos no más, cuidando pasar por donde mismo estaban las huellas, Carola grabando la llegada…y la enorme derrapada que pegamos en el camino y los gritos de alarma cuando casi se fue el auto, además del regocijo cuando pasamos el banco de nieve (ahora más bajito gracias a que lo aplanamos) con el Capitán Kirk (que demás está decir que se comportó todo el viaje a la altura de las circunstancias).
Así que ahí estábamos, en la aduana, nadie más así que un trámite rápido para seguir al otro lado, de paso ir a ver la Laguna Verde que queda casi al lado de la frontera (la aduana chilena está a unos 100 Kms de la frontera) y cruzar por el parque nacional nevado tres cruces. Todo eso si tan solo el carabinero solitario no nos hubiese dicho, sin ningún tipo de emoción en su rostro, que el paso a Argentina estaba cerrado y que no podíamos segur más allá.
miércoles, julio 22, 2009
Never Gonna Give Your Teen Spirit Up
Ok, se que tengo pendiente el relato del viaje a Argentina, cuando tenga tiempo lo escribo, pero por mientras no puedo dejar pasar esto:
Y en algo no relacionado, pero para aprovechar que abrí blogger, comento que estoy jodido. Esto de que me haya puesto a escuchar música hace que quiera ir a muchos conciertos, y más encima están viniendo muchos grupos y músicos a Chile el último tiempo.
Tenemos a Faith No More, que aún no consigo con quien ir (barato), Depeche Mode, Aimme Mann (ok, no es imperdible, pero no me desagradaría ir) y ahora anuncian a The Killers. Probablemente estoy olvidando varios más... Igual no es malo, pero difícil es ir a todo. Alguien se suma a The Killers, que solo si que no voy.
Y en algo no relacionado, pero para aprovechar que abrí blogger, comento que estoy jodido. Esto de que me haya puesto a escuchar música hace que quiera ir a muchos conciertos, y más encima están viniendo muchos grupos y músicos a Chile el último tiempo.
Tenemos a Faith No More, que aún no consigo con quien ir (barato), Depeche Mode, Aimme Mann (ok, no es imperdible, pero no me desagradaría ir) y ahora anuncian a The Killers. Probablemente estoy olvidando varios más... Igual no es malo, pero difícil es ir a todo. Alguien se suma a The Killers, que solo si que no voy.
miércoles, julio 15, 2009
Podcast, viaje, teléfono
Varias cosas rapidito:
Acabo de publicar un nuevo capítulo del podcast, sobre las película de Sergio Leone. Necesito sugerencias para el próximo, o que alguien se anime a hacer uno conmigo.
El lunes me llegó mi teléfono nuevo, un HTC Dream, también conocido como G1, el primer móbil con sistema operativo Android, y el único hasta ahora con teclado deslizable. Estoy contento, me he dedicado a probarlo y configurarlo. Igual después pretendo ponerle un ROM (firmware) optimizado.
Y ahora estoy por partir a Argentina, luego que casi se desarma el viaje porque Sol tuvo que recular a último minuto por razones de fuerza mayor. Constanza respondió a la altura de las circunstancias y decidió ir sin tener nada preparado de antemano.
Deseenos suerte, y traeré hartas fotos.
Acabo de publicar un nuevo capítulo del podcast, sobre las película de Sergio Leone. Necesito sugerencias para el próximo, o que alguien se anime a hacer uno conmigo.
El lunes me llegó mi teléfono nuevo, un HTC Dream, también conocido como G1, el primer móbil con sistema operativo Android, y el único hasta ahora con teclado deslizable. Estoy contento, me he dedicado a probarlo y configurarlo. Igual después pretendo ponerle un ROM (firmware) optimizado.
Y ahora estoy por partir a Argentina, luego que casi se desarma el viaje porque Sol tuvo que recular a último minuto por razones de fuerza mayor. Constanza respondió a la altura de las circunstancias y decidió ir sin tener nada preparado de antemano.
Deseenos suerte, y traeré hartas fotos.
domingo, julio 05, 2009
Nuevo episodio de Recomiéndame Algo
Se me había olvidado decir que hay un nuevo episodio de Recomiéndame Algo, sobre Boston Legal. Está sin música de fondo, eso sí, porque fue hecho un poco rápido y no alcancé a seleccionar que era lo que debería haber puesto.
http://www.podcaster.cl/2009/07/recomiendame-algo-17/
http://www.podcaster.cl/2009/07/recomiendame-algo-17/
viernes, julio 03, 2009
Delicias turcas y alemanas
Fui oportunamente avisado hoy en la tarde que el Jumbo de Bilbao tenía en oferta una cerveza alemana de 2 litros que normalmente cuesta 40 lucas a “solo” 10, así que después de la oficina me pasé para allá. La razón de la oferta es que vencían este mes. Estuve tentado de comprar dos, pero como vencen tan luego, no tiene mucho sentido, y para regalo tampoco sirven. Por mucho que estén en oferta, barato no es. Probablemente la guarde para tomarla en una ocasión especial este mes… ¿Qué podría ser?
Estando allá me dieron ganas de comprar algo más, aprovechando, pero no sabía qué, y no quería gastar mucha plata. Me acordé que había encontrado hace poco una fuente rectangular de aluminio que alguna vez compré para hacer delicias turcas, y hace tiempo que había estado pensando que podría hacer de nuevo, así que compré los ingrediente, y acabo de terminar de cocinarlas. En el proceso me rallé el dedo y me quemé, pero estaba dentro de lo previsible. Ahora tengo que esperar que se enfríe para meterlas al refrigerador por unas 24 horas, y ver como quedaron. Ojalá que menos chiclosas que la última vez, pero en cualquier caso dudo que queden malas.
En otras noticias, ya está casi todo listo para irme a Argentina de nuevo el fin de semana largo del 16. Sorry, Camila, no voy a poder ir a tu cumpleaños, pero me puedes encargar un regalo :-) Si todo resulta bien, y todos los que han mostrado interés en ir pueden ir, seríamos 4, lo que es bastante agradable porque bajan harto los costos =) Aunque mejor aún no hago tanto plan, porque ni siquiera he pedido el día en la oficina.
Estando allá me dieron ganas de comprar algo más, aprovechando, pero no sabía qué, y no quería gastar mucha plata. Me acordé que había encontrado hace poco una fuente rectangular de aluminio que alguna vez compré para hacer delicias turcas, y hace tiempo que había estado pensando que podría hacer de nuevo, así que compré los ingrediente, y acabo de terminar de cocinarlas. En el proceso me rallé el dedo y me quemé, pero estaba dentro de lo previsible. Ahora tengo que esperar que se enfríe para meterlas al refrigerador por unas 24 horas, y ver como quedaron. Ojalá que menos chiclosas que la última vez, pero en cualquier caso dudo que queden malas.
En otras noticias, ya está casi todo listo para irme a Argentina de nuevo el fin de semana largo del 16. Sorry, Camila, no voy a poder ir a tu cumpleaños, pero me puedes encargar un regalo :-) Si todo resulta bien, y todos los que han mostrado interés en ir pueden ir, seríamos 4, lo que es bastante agradable porque bajan harto los costos =) Aunque mejor aún no hago tanto plan, porque ni siquiera he pedido el día en la oficina.
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