jueves, julio 30, 2009

Viaje a Argentina, Parte 2

Nos encontrábamos en la aduana, sin poder continuar a Argentina. La opción era quedarse dando vueltas por el sector, conocer Chañaral, Pan de Azucar y esas cosas, o aperrar y subir hasta San Pedro de Atacama para cruzar por Jama, suponiendo que estuviese abierto. Adivinen que elegimos... Igual antes le preguntamos al carabinero de ahí si estaba abierto el otro paso...

Continuamos entonces el camino, bajando por el norte hacia Chañaral. El camino estaba mucho mejor, más amplio y despejado de nieve. La vista era espectacular, con 3 volcanes cercanos y montones de cerros nevados rodeándonos, además de pasar por un salar enorme, aunque no se distinguía muy bien entre tanta nieve. Por ahí paramos a tomarnos una sopa y una foto, y Carola hizo angelitos de nieve.



Como a las 6 ó 7 llegamos a Chañaral, donde pasamos a ducharnos y a comer. Por 2 lucas teníamos un “almuerzo” que incluía cazuela de vacuno de entrada, y un plato de fondo bien contundente. Eso es comida barata!

A la salida hicimos cambio de conductor, y continuamos. Creo que dormí bastante bien, y me desperté cuando echamos bencina y luego cuando llegamos a las salitreras. Carola se fue “sola” todo ese rato, creo, tiene una constitución para manejar increíble, más aún considerando que la semana pasada había estado en lo mismo.

Las Salitreras de noche son tétricas, especialmente cuando uno se encuentra con una muñeca sentada en un sofá mirándonos fijamente. Las chicas no se sintieron cómodas tomando café ahí, así que seguimos a la salitrera siguiente, en donde si tomamos fotos (las que, obviamente, no están en mi cámara así que no puedo poner acá todavía).

La siguiente parada fue Calama, en donde hace más frío que la retutatutata de noche. Me congelé esperando usar el baño, y creo que uno sentía más frío porque no tenía la apariencia de hacerlo. De más que en el paso San Francisco o después en Jama hizo más frío, pero al ver nieve uno asume eso y no se siente tanto.

Pasamos al casino de Calama, el cual se veía sumamente chabacano y con pinta de cabaret por fuera, pero no entramos porque nos cobraban. Dado el traspié, nos fuimos directo a San Pedro de Atacama. Tratamos de dormir en el camino, en las paradas de camioneros, pero el sueño no acompañaba mucho y decidimos llegar al pueblo no más. Ah, ahí nos quedamos varados porque había mucha arena, pero con un pequeño empujoncito el auto salió solo. Estaba un poco cansado, nada más…

En San Pedro recorrimos a pie el pueblo, acompañados por distintos perros. Se veía bien bonito, es choro que hayan mantenido el estilo. Luego dimos una vuelta alrededor en auto y Carola mostró donde se supone que estaba el Valle de la Luna. De noche no se veía nada… Creo que hay que armar un paseo para allá exclusivamente, no sé si en auto, pero hay que ir en algún minuto. De repente armarme unas vacaciones completas al norte más adelante, por una semana, llegando a Iquique y Arica también. Claro que ya no sé ni cuando, me faltan días de vacaciones para todo lo que quiero hacer.

Después fuimos directamente a la Aduana, donde solo estaban dejando pasar camiones (los autos tenían que esperar hasta las 9), así que nos estacionamos en la cola y nos pusimos a dormir un par de horas. Cuando desperté a eso de las 8, noté que Carola estaba hecha un ovillo en el asiento del conductor, dudo que haya podido descansar (aunque haya dormido). El asiento del conductor es una mierda para dormir...

Resulta que (vaya, flashback a Papelucho) el paso Jama no estaba abierto como había dicho el tipo del otro paso el día anterior, pero el rumor era que lo iban a abrir a eso de las 10. Esperamos escuchando a un para de tipos tenían la música a todo chancho, con las puertas abiertas, y que bailaban al son de música tropical argentina. Eran claramente chilenos…

A eso de las 10:30 no dejaron avanzar, y luego de una travesía por un paso en buen estado pero con sectores con algo de hielo, llegamos a Argentina.



Me salto el trámite de la aduana, pero comento que mientras hacía fila escuché a un par de tipos conversando sobre lo bonita que era la Ruta 9 entre Jujuy y Salta, que era más corta pero más complicada que el camino oficial entre ambas ciudades (que era doble vía y sin cuesta), y en mi nuevo yo social metí la cuchara y pedí más datos, porque el viaje consistía en buscar cosas choras y bonitas, además que había una buena posibilidad que fuera la cuesta perdida de Carola, causal indirecta del destino del viaje.

La primera localidad pasada la Aduana Argentina (llamada Susques) era tal cual las salitreras, pero habitada por Argentinos que parecían bolivianos. Les llega a llover en ese “pueblo” y las casas se deshacen, probablemente. Después vino Purmamarca, más armadita y bonita, al parecer turística, pues estaba el cerro de los 7 colores, donde nos tomamos una foto (de nuevo, no con mi cámara) los 3. Hace muchos años Carola, la niña de los cerros, salió en un viaje en busca del cerro de los 7 colores por toda Argentina, para descubrir que estaba justo donde había comenzado el viaje. En todo caso aprendió mucho en el camino, y cambió la vida de las personas con las que se topó con sus ejemplos de… turismo.



Luego llegamos a Jujuy, donde recorrimos un poco y encontramos, aún no sé como, una casa de cambio abierta. También un cajero automático (lo que costó más, les digo, es ridículo) necesario para comprar algunos libros y un excelente mapa de Argentina que quedará para los siguientes viajes. El dueño de la librería, tremendamente simpático, nos confirmó lo de la Ruta 9 y que muy probablemente era la que Carola recordaba, y además nos regaló un mapa rutero extra de Argentina que ahora adorna la puerta de la pieza chica del depto. Nota mental: comprar hilo o lana para marcar los recorridos. Después pasamos al supermercado y compramos lo necesario para armarnos un “pequeño” picnic en el camino, que vino bastante bien para matar el hambre acumulada.

Antes de salir, volvimos a pedir ayuda para ir a la Ruta 9, y unos camioneros ultra buena onda trataron de disuadirnos de usar ese camino, que el otro era mucho mejor y más rápido, pero al final comprendieron que andábamos turisteando y en busca de esa cuesta, así que nos dieron las indicaciones. También nos pararon los pacos antes de llegar a la cuesta, creo que la única vez que nos pararon, y volvieron a insistir en que no era el mejor camino para hacer de noche, pero nos desearon suerte y nos dijeron que anduviéramos con cuidado, pues de noche salían animales silvestres.

Mientras avanzábamos nos comimos parte del cocaví, y finalmente llegamos al camino que buscábamos, y que resultó ser el mismo que Carola recordaba, claro que sin las mariposas volando por todos lados, y probablemente de día debe haberse visto mucho más choro. Sin embargo se alcanzaba a apreciar la belleza del lugar, una cuesta que por un lado tenía un desfiladero lleno de árboles, y uno no alcanzaba a ver de donde salían. Habían líanas colgando y todo, bien boscoso y selvático. A falta de mariposas nos acompañaron algunas polillas. Animales salvajes no encontramos ninguno, eso sí.



Después de la cuesta paramos a comer palmitos, y luego seguimos hasta Salta, donde fuimos a carretear a un pub-disco. Escuché música que probablemente no vuelva a escuchar en ningún otro lado, porque parecía de círculos super específicos. Algunas letras eran ridículas… Pero lo pasamos bien. El happy hour era hasta las 2:30, y como a las 2:15 empezó a llegar harta gente. Creo que nos quedamos como hasta las 4, 4:30. Ahí probé vino blanco con speed (la bebida energética) que me convidó una argentina, y no estaba mal.

Al salir decidimos continuar el viaje hacia Santiago del Estero, que no quedaba muy cerca, así que habría que manejar y no descansar, a pesar que nos estaba empezando a dar sueño. Igual íbamos bien equipados para eso. Pero antes, pasamos a lavar el auto. Sí, había lavado de autos abierto las 24 horas. Mientras esperábamos nos tomamos una sopa reponedora, y justo afuera del lavado se paró una cabra totalmente wasted al parecer esperando un taxi. Se subió y bajó como a 3, y se veía muy rara. Ni idea como llegó a ese estado, pero me llamó la atención porque parecía de 15 o menos y andaba sola. Supongo que salta será tranquilo…

Ok, el resto queda para el siguiente informativo.

1 comentario:

costymar dijo...

los libros q compramos fue en Jujuy creo.. sí mi libro dice Jujuy..