lunes, julio 12, 2010

Breaking Bad

Para no romper la costumbre con otras reseñas que he visto, partiré diciendo que Breaking Bad es una expresión del sur de estados unidos para decir que alguien se ha salido de la carretera, que hizo un mal giro y va por mal camino.
Breaing Bad es una serie de televisión estrenada el 2008, pero que yo recién comencé a ver el pasado miércoles. Tomás me la había recomendado, la había bajado, pero entre otras series, películas y falta de tiempo no me había puesto a verla, hasta ahora. Si buscan por ahí verán que está llena de buenas críticas, alabanzas, nominaciones y varios premios, todos merecidos. Supongo, en todo caso, que lo mejor es ir por partes, comentando de que se trata (sin mucho spoiler, claro).
Walter Smith es un profesor de química casado, que acaba de cumplir 50 años, con una mujer como 10 años más joven (que además lleva los pantalones en la casa), un hijo quinceañero con parálisis mental leve (o sea, funcional pero que debe usar muletas para caminar y habla raro) y otro en camino no planificado. Para solventar los gastos del nuevo hijo ha tenido que buscar otro trabajo en un centro de lavado de autos, donde debe, además de soportar a un jefe negrero, aguantar las burlas de sus alumnos que llevan a lavar sus hermosos autos último modelo. En resumen, un tipo común y corriente, bastante loser que se siente muy fracasado y frustrado, pero está dispuesto a soportarlo por su familia.
Todo cambia cuando le diagnostican cáncer terminal, y para dejar a su familia en buen pie, decide poner sus conocimientos en práctica y empezar a cocinar crystal meth (metanfetaminas). Le pide a su cuñado, un agente de la agencia anti drogas (DEA), que lo lleve a ver un operativo con la excusa de “estar entre hombres y sentir algo de acción”, pero con la intención de ver un laboratorio ilegal. La suerte lo llevará a encontrar a Jesse Pinkerman, un ex alumno con una carrera de dealer incipiente, quién se convertirá en su socio en el negocio de cocinar y vender la droga. Sin embargo, pronto se dará cuenta que no es coser y cantar…
A medida que la serie avanza, vemos la evolución de Walt, como el dinero, el poder y el contacto con el mundo de la droga lo van cambiando poco a poco, como el hacer algo ilegal le va dando nuevas energías y emociones a su vida que se van traspasando a los distintos aspectos de sus relaciones. A la vez, crea una red de mentiras para explicar sus constantes desapariciones (o no tener que hacerlo), la que a cada minuto se hace más difícil de administrar. El constante peligro de su cuñado de la DEA, pero que al a vez sin saberlo se convierte en una fuente de información genera un ambiente mayor de paranoia.
La serie comienza con un tono en el que ciertos aspectos cómicos se mezclan con el drama, generalmente impulsados por el hecho de que Walt es un pez fuera del agua, pero pronto se hacen más escasos, pues el tema de la droga no es ligero, y por ende la serie tampoco se podría permitir serlo si quiere ser tomada en serio. Empiezan a desfilar así prostitutas, drogadictos, capos de las drogas, abogados corruptos y muchos más en el camino de Walt quien cada vez se ve más inmerso en ese mundo, lo quiera o no.
Como lo dije en un comienzo, comencé a verla hace 5 días, y ya voy en el primer episodio de la tercera temporada. Es adictiva, y tiene la ventaja de ser de temporadas cortas (7, 13 y 13 episodios respectivamente), así que ideal para ponerse al día cuando quieran.
Los capítulos están muy bien escritos, con arcos individuales pero dentro de una gran estructura que hacen que quieras seguir viendo siempre el siguiente capítulo. Puede que me equivoque, pero aunque siempre quedan cabos sueltos, no suelen terminar los capítulos en cliffhangers.
Para terminar, un poco de los que están detrás de la serie. El creador es Vince Gilligan, que yo sabía que me sonaba, y es porque fue productor y escritor de los X-Files. Contó que la serie se le ocurrió conversando con unos amigos, cuando viendo posibilidades de trabajo considerando que llevaban bastante tiempo sin él, sugirió cocinar Crystal Meth...
El actor principal es Bryan Cranston, a quién de vista muchos reconocerán como el papá de Malcolm, y acá hace un papel diametralmente opuesto. Se pegó un salto de comedia absurda a un drama… bueno, medio absurdo también pero increíble.
Nada más creo. Ah, sí, comentario personal. Me gusta mucho el personaje, es de esos que van cambiando con los episodios y se nota, está bien armado, bien estructurado y uno casi puede ver sus procesos mentales, pero es capaz de hacer algo inesperado en cualquier minuto, de lo confundido que termina estando. Lamentablemente, a veces me siento muy identificado, no por la droga (a menos que decida finalmente hacer y vender cerveza ilegalmente), pero sí porque pienso que si me pasara algo así como el cáncer, probablemente en un principio reaccionaría igual, y no me parece. Bueno, es importante notarlo para partir cambiándolo, ¿no?
En cualquier caso, es una excelente serie mientras se espera Dexter. Lástima que no me vaya a durar tanto...
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Como comentario aparte, comento que estoy tratando de escribir un poco (o hacer algo relacionado como investigar o documentarme) cada día, y decidí que esta va a ser como la “tarea” de hoy, porque me quiero ir a ver otro capítulo de Breaing Bad, y me preocupé de escribir esto bien :-P

1 comentario:

Rodolfo dijo...

Hoy vi el último capítulo de la tercera temporada. ¡Mierda! Tengo que esperar como un año para ver un nuevo episodio! Quedó muuuuy buena. Realmente deben ver la serie. Las cosas se complican y se complican, no tengi idea como pretenden seguir, pero si lo hacen como hasta ahora, no temo para nada del futuro de la serie. Puede tomar un camino distinto o extraño, pero creo que mantendrá su nivel. Además, han logrado mantener a los protagonistas unidos de modo congruente, cosa que se veía compleja en algún momento. La relación casi de padre-hijo que tienen es lo que sostiene la serie como está.