Winter’s Bone (2010)
Director: Debra Granik
Escrita por: Debra Granik y Anne Rosellini
Protagonizada por Jennifer Lawrence y John Hawkes
Antes de verla, prácticamente no sabía nada de Winter’s Bone. No había escuchado de ella cuando la hicieron, no había visto tráileres, no sabía de que se trataba y no había leído ninguna reseña completa. Sin embargo, el viernes me topé con una reseña de la cual miré las primeras tres líneas y recordé como antes la había visto en tres o más listas de lo mejor del año, sin haberla escuchado antes jamás, y me animé a verla. Fue una buena decisión, y es una película que difícilmente alguien me hubiese recomendado o hubiera podido llegar a ella de algún otro modo.
Ree Dolly es una joven de 17 años que se hace cargo de su familia, dos hermanos menores y una madre enferma. El padre está desaparecido hace un tiempo, está metido en el negocio de cocinar crack (en wikipedia e IMDB hablan de metanfetaminas, pero yo escuché todo el rato crack, y tengo entendido que ese es hecho de cocaína, que no es lo mismo), y al comienzo de la película nos enteramos que para su fianza a puesto como garantía la casa y el terreno donde vive Ree con su familia. Si no se aparece en el juicio, perderán la casa.
Para mantener lo único que les queda, Ree comienza la búsqueda de su padre, que le llevará con familiares alejados, antiguas amantes y una pequeña mafia de medio pelo pero peligrosa que maneja el negocio de la droga en la zona, gobernada de modo patriarcal y donde parece ser que todo el mundo tiene lazos de sangre con todos, lo que prima por sobre muchas otras cosas.
Entre la búsqueda, vemos como Ree debe criar a sus hermanos y como debe relacionarse con el resto y el mundo para sobrevivir. Así le enseña a sus hermanos de unos 12 y 6 años a cazar con rifle y despellejar una ardilla, a cocinar para cuando ella no esté, además de lecciones de vida (“nunca pidas aquello que te debe ser ofrecido”).
Está mayormente filmada con cámara en mano, al parecer directamente digital, lo que le da a la película un aire cercano y casi documental, lo que la hace aún más cruda. Es una película dura, casi deprimente, pues uno sabe desde el comienzo que sin importar el resultado de la búsqueda de Ree, el final para ella y su familia será el mismo: seguir en esa población rural donde lo único que se mueve y por lo único que la gente se mueve es la droga.
Además de la crudeza con la que la película trata el tema, aunque sin ser violenta o majadera visualmente en sus escenas, me llamó mucho la atención el efecto del parentesco, patriarcado y machismo en la sociedad donde se desenvuelve. En la mafia, todos se respetan porque son de la misma sangre, por aquí o por allá, y hay reglas tácitas: los hombres no golpean a las mujeres, por ejemplo, pero no importa que una mujer le saque la cresta a otra. Por supuesto, nadie le lleva la contra al “jefe”, el abuelo, el anciano. No sé cuánto de realidad habrá en todo esto y cuanto será ficción, pero no dejo de cuestionarme como efectivamente hay gente que simplemente sigue el sistema, ese sistema, sin darle una segunda vuelta y pensar si tiene sentido, y cual sería ese.
Es una película lenta y que quizás no deje un buen sentimiento cuando termine, por lo que comenté arriba, pero definitivamente sí dejará un buen sabor de boca al notar que hemos probado una de las mejores películas del año que salió de Hollywood, al menos en la categoría drama.
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