miércoles, febrero 09, 2011

Asterios Polyp, de David Mazzucchelli

Asterios Polyp es de esas pocas obras que engrandece a un medio como el comic, porque lo aprovecha al máximo, le saca el jugo, usa todo su potencial y crea una obra de narrativa gráfica única. Me atrevería a decir que es inadaptable a otro medio sin perder su esencia, pues su base está firmemente construida sobre los cimientos del comic (quizás a una animación manteniendo el estilo gráfico, pero también perdería bastante). Es uno de los escasos ejemplos de lo que realmente se puede llamar novela gráfica. No es casualidad que se haya ganado premios Eisner por mejor obra, mejor escritor/dibujante y mejor rotulación. Tampoco los premios Harvey, ni el premio especial del jurado en Angoulême.


El comic cuenta la historia de Asterios Polyp, un arrogante arquitecto “de papel”, muy respetado pero que no ha logrado que ninguna de sus obras se construya por ser edificaciones de diseño más bien abstracto, por lo que se dedica a dar clases en la universidad. El libro comienza cuando una jugada del destino lo lleva a escapar de su vida anterior, y avanza sobre su crecimiento personal a la vez que por medio de flashbacks conocemos su historia pasada, que lo llevó al lugar al que se encuentra.
Sin embargo, lo que importa y lo que lo hace tan bueno no es su historia. Sí, yo soy un hombre que normalmente valora mucho las historias por sobre el dibujo, y el fondo por sobre la forma, pero acá estamos frente a algo que se une en una exaltación del medio y que no se puede juzgar por separado. La historia es lo suficientemente interesante para mantener el ritmo de lectura y permitir aprovechar lo que realmente hay que valorar acá, la narrativa, que conjuga la historia con su desarrollo gráfico. El uso de distintos elementos en el comic, partiendo por diferentes estilos de dibujo dependiendo de los puntos de vista de los personajes y las situaciones, el buen uso del color para generar y destacar emociones y las diferentes tipografías de los personajes, que no solo los distinguen sino que los definen y nos muestran como son. 



No sabía hasta ahora que Mazzucchelli había tardado 15 en terminar este libro, pero no me extraña. Es un trabajo muy personal y completo, realmente a la altura de los grandes como Maus, Watchmen o Nausicaä. De algún modo, el autor ya había explorado un comic más “experimental” con la adaptación de Ciudad de Cristal (del libro de Paul Auster), pero acá lo hace en solitario y de una obra propia, quizás hasta con ciertos tintes biográficos, y aprovechándose de elementos y experiencia que no tenía en la adaptación. También me parece que toma el testigo de Alan Moore en cuanto intenta sacar el máximo de beneficio del medio en el que trabaja, no sólo quedándose con la estructura tradicional y probada como hace la mayoría de los guionistas y dibujantes actuales. Alan Moore dice que está cansado del comic porque ya no sabe como expandir más el medio, y se ha dedicado los últimos años a tratar de innovar, haciendo casi de sus obras trabajos multimediales. Acá, Mazzucchelli demuestra que la tendencia de la masa no es la única opción, pero probablemente se requiere una mano experta para poder lograr algo así.



He leído varios comentarios medio negativos sobre Asterios Polyp, centrándose en que la historia no entretiene tanto, o no es tan fuerte como, digamos, Maus. Es verdad, no lo es, pero no pretende serlo. Si Asterios Polyp está alto en la cumbre de los comics no es por su historia, es por su modo de generar narrativa. Probablemente un seguidor de comics de superhéroes no logre apreciar o disfrutar de este comic, pero un buen seguidor de la narrativa debería hacerlo.
Si les gustan las verdaderas novelas gráficas, si quieren aprender como hacer buenos comics, háganse un favor y lean Asterios Polyp.

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