Por ahí por el año 2001 vi por primera vez Donnie Darko y Ghost Word. Ambas me encantaron, la primera por el planteamiento, la idea loca, los efectos especiales y la música, y la segunda por los personajes que sostenían la historia, que de algún modo generaban una conexión directa conmigo. Enid, la chica desadaptada, media ñoña pero con actitud “hipster” y su amiga Rebbeca, la rubia bonita pero igual de alejada del mundo de los populares, interpretada por la entonces desconocida Scarlett Johansson. Es extraño, pues la lógica indica que debería haberme gustado Rebecca, y probablemente a primera vista así fue, pero a medida que avanzaba la película uno se empieza a enamorar de Enid, de su rabia contra el mundo, de su descontento y de su original manera de enfrentarse a eso.
Varias veces intenté leer el comic, pero no lograba avanzar mucho. Es más deprimente que la película, y más desarmado, sin una línea continua de trama (en la película es la relación de Enid con el personaje de Steve Buscemi, que en el comic es meramente incidetal). Finalmente esta semana lo leí, en un plan de terminar con las obras de Daniel Clowes.
Por encima, la idea es la misma: dos chicas desadaptadas saliendo del colegio, que no saben que hacer, y se dedican a odiar a todo y a pasear por lugares extraños mientras sacan sus propias conclusiones (siempre mala onda) de la gente con la que se topan o ven.
Sin embargo, al leerlo se ve que el comic es mucho más duro en el tratamiento con los personajes. Enid no solo es ñoña, es una joven alienada de la sociedad que por fuera busca esa lejanía, más internamente lo que busca es una identidad, el diferenciarse del resto, lo que intenta lograr odiando a todos y deseando o alabando cosas (y personas) extrañas. En el comic esto es tan extremo, que incluso la relación con su mejor amiga se siente meramente funcional: ella necesita a quién contarle sus descubrimientos y su odio hacia el resto, pero durante toda la obra no es capaz de escuchar realmente a Rebecca, ni de entenderla o valorar lo que hace. Por su parte, Rebecca parece que lo único que buscara es esa aprobación de la más alienada de las personas, quizás tratando de escapar del estereotipo de la rubia rica.
Como casi todo lo de Clowes, está escrito en episodios bastante individuales de unas 10 páginas, en la que vamos viendo diferentes escenas en la vida de estas dos jóvenes. Esta estructura episódica es la que se cambió en la película, focalizándose y potenciando uno de ellos alrededor del cual gira la trama y se producen esbozos de los otros episodios del comic. En el material escrito, no hay conexión directa entre cada episodio, más allá de los personajes.
Cuando uno lo piensa, el final es simplemente inevitable al momento que uno llega a conocer los personajes. Es un gran comic, pero debe ser de los que más me costó leer de Clowes, pues carece de humor. Aún las partes divertidas o extrañas no lo son a la luz de los mismos personajes, pues sus burlas reflejan lo que sienten interiormente, y eso no da tanta risa. Admito que aún no acabo de entender “Como un guante de seda forjado en hierro”, y que “David Boring" no es particularmente alegre, pero ambos se dejan leer rápidamente gracias a la curiosidad e interés por lo que va a pasar. En Ghost World, lo que anima a seguir es lo real del escenario (lleno de diálogo que se siente totalmente verídico y que podría decirse inútil para el avance de la trama, pero que sirve para demarcar a los personajes) y lo bien escrito, pero no hay un verdadero interés por saber como va a terminar, pues es sencillamente inevitable, y en ese sentido quizás obvio.
Vale la pena leerlo, pero parece que este es uno de esos pocos casos en los que me quedo con la película.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario